jueves, 9 de enero de 2014


Música en la edad media

La música medieval comprende toda la música europea compuesta durante la Edad Media, etapa que comienza con la caída del Imperio Romano en 476 y que finaliza en el siglo XV, en 1453, con la caída de Constantinopla o en 1492 con el descubrimiento de América, ya que el fin de la Edad Media y el principio de la Edad Moderna es un límite difuso.

Dado que la creación de manuscritos musicales era muy cara, debido al costo del pergamino, y la buena cantidad de tiempo necesario para escribir toda una copia, sólo las instituciones muy acaudaladas pudieron producir manuscritos que han sobrevivido hasta la actualidad. Entre esas instituciones generalmente están la Iglesia y las instituciones eclesiásticas, como monasterios, si bien algunas obras seculares también se conservaron en esas instituciones. Estas tradiciones manuscritas no reflejan mucho de la música popular de aquella era.
 

Historia

La música medieval está formada por dos periodos principales: el Románico y el Gótico. Dentro de la música medieval se pueden distinguir el canto gregoriano, la música profana y la polifonía.

El canto gregoriano tuvo gran importancia, ya que es la única música conservada anterior al siglo IX. Era un tipo de música estrictamente vocal y a una sola voz, o, como mucho, con un acompañamiento a base de quintas paralelas. Pero fue como consecuencia de una serie de cambios económicos y por el nacimiento de las lenguas vulgares que surgió la música profana, en la que se podían expresar deseos y aspiraciones.

Los verdaderos protagonistas del nuevo estilo fueron los trovadores (langue d'oc o provenzal), los troveros (langue d'oil o francés antiguo) y los Minnesänger alemanes. Todos ellos eran poetas músicos que cantaban a todos los sentimientos humanos, siendo su temática principal especialmente el amor, la guerra y la naturaleza. Esta música se caracteriza por un ritmo mucho más marcado y variado que el gregoriano y depende del estado de ánimo del autor (triste, alegre, amoroso, guerrero...). Se crearon nuevos tipos de danza y lo más destacado fue el hecho de acompañarse con instrumentos musicales. Transición de la Música Antigua a la Edad Media en 1453 El canto litúrgico viene de la tradición grecorromana debido a esto totalmente impregnado de la teoría musical de los griegos y de su filosofía. Surgen varios problemas:

    El canto cristiano, se debe acoplar a los dos tradicionales, esto da lugar a contradicciones dentro del cristianismo a nivel teórico y filosófico. Había Padres de la Iglesia que consideraban la música demoníaca y ahí incluyen la música pagana, que para ellos es la que existía antes del cristianismo.

    La música nueva cristiana que para ellos es «instrumento de salvación». Clemente de Alejandría (siglo II d.C.) hablaba sobre la música de los griegos diciendo que llevaba a la perdición.

La música y el canto sacro gozarán de aprecio sobre todo por su valor educativo al ser un instrumento de edificación religiosa. Con este enfoque el canto sacro asume la función de instrumento auxiliar de la oración con el sentido de volver está más agradable.

Boecio elaboró el tratado de armonía titulado De institutione musica. Este texto tiene una gran trascendencia como fuente de conocimiento de las doctrinas griegas acerca de la armonía y por el influjo que ejerció sobre el pensamiento medieval. En esta época se dividía la música en tres géneros distintos:
 

        La música mundana: es la que se refiere a la música de las esferas, identificándose con el concepto del sentido de armonía. Para Boecio ese “sonido” se identifica con armonía, y nosotros no podemos percibirla es porque somos imperfectos. Esta música mundana es la verdadera, y el resto lo es en tanto reflejo de esta última.

    La música humana: Refleja a través de la unión armoniosa de las diferentes partes del alma, la unión de alma con el cuerpo, la música de las esferas. Esta música se comprende a través de acto de la introspección, todo aquel que se sumerge en sí mismo la entiende, ya que es una armonía psicofísica.

    La música instrumental: Según Boecio el hecho manual de producir sonidos a través de los instrumentos no tiene valor alguno (soplar por un tubo, tocar una cuerda tensada...). La actividad manual ocupa el lugar opuesto de la actividad puramente intelectual. Pero no rechaza los sentidos, los considera necesario, ya que a través de ellos podemos hacer juicios.

El canto antiguo

Alrededor del 1011 d.C., la Iglesia Católica Romana quiso estandarizar la celebración de la misa y los cantos. En esa época, Roma era el centro religioso de la Europa occidental y París era el centro político. Los esfuerzos de estandarización consistieron principalmente en combinar estas dos regiones litúrgicas (Romana y Galia). Este cuerpo de cantos llegó a ser conocido como Cantos gregorianos. Por el siglo XII y XIII los cantos gregorianos habían superado a todas las otras tradiciones de cantos occidentales, con la excepción de los cantos Ambrosianos en Milán y los cantos mozárabes en unas pocas capillas españolas.

Hasta el siglo X la música europea, como la música de otras culturas, era fundamentalmente monódica, es decir, de una sola línea melódica en la que no interviene para nada la armonía sin acompañamiento de instrumento, el ritmo del canto gregoriano es libre, no sometido a la rigidez métrica del compás.

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